Un estudio realizado por la Universidad de Karlsruhe, Alemania, y publicado por la revista “PNAS”, dio a conocer el desarrollo de un nuevo material. Se trata de un material artificial que presenta una resistencia a la compresión de hasta 280 megapascales (unidad de presión) con densidades muy por debajo de 100 kilogramos por metro cúbico. Lo cual lo hace un material, con una excelente relación densidad-peso.
A partir del estudio de otros materiales, como los huesos, los científicos analizaron la importancia de una arquitectura sólida optimizada. Los huesos tienen una estructura jerárquica que consiste de bloques de construcción nanométricos, que proporcionan un beneficio a partir de los efectos mecánicos del tamaño.
En consecuencia, se avocaron a demostrar la posibilidad de diseñar microarquitecturas, que provean de una ventaja estructural, y de un fortalecimiento de los efectos dependientes del tamaño.
Luego de definir teóricamente cómo fabricar el nuevo material, los investigadores se ayudaron de la impresión 3D. Gracias a la litografía láser, lograron crear micro entramados y estructuras de revestimiento de compuestos de polímeros cerámicos. Mediante la tecnología láser dibujaron estas estructuras y mediante lavado fueron eliminando los excesos de polímeros. Después, acoplaron a la estructura una lámina de óxido de aluminio, que funcionaba como recubrimiento. A partir de allí, se dieron cuenta de que la fortaleza de la capa de aluminio aumentaba a medida que disminuía el grosor del propio recubrimiento.
Si bien, este es un proceso por ahora costoso, el desarrollo de un nuevo material con esta excelente relación densidad-peso permite pensar en nuevas inversiones que lo harán más económico.
Fuente: i3drevista.com
Paper: www.pnas.org