“La impresión 3D hace tan accesible crear items de a uno, como producirlos de a miles, y por ende sabotea las economías de escala. Puede provocar un cambio tan importante en el mundo como lo fue la introducción de las fábricas… Así como nadie pudo predecir el impacto del motor de vapor en 1750 o de la prensa en 1450 o el transistor en 1950, es imposible predecir el impacto a largo plazo de la impresión en 3D. Pero la tecnología está, y cambiará cada campo de acción en el que se utilice.”
The Economist
No nos engañemos, los humanos somos unos seres patéticos a la hora de predecir el futuro o anticiparnos a los beneficios que una tecnología nos va a deparar. Con la impresión 3D no tenemos certezas solo intuiciones, podemos hacer sesudas predicciones futuras, hablar de una nueva revolución industrial y todo lo que se nos ocurra pero solo podemos intuir a una escala muy pequeña de lo que esta tecnología va a ser capaz, poco más. Al igual que los inicios de la informática personal de la década de 1970, donde el interés por esta tecnología era marginal, era una tecnología para tipos raros con barba. A pesar de haber verdaderos creyentes que tenían la visión de un mundo con una ordenador en cada hogar y en cada escuela, eran infinitamente más los escépticos que se preguntaban, ¿Para que va a querer la gente un ordenador? y si no que se lo pregunten a la vieja guardia de IBM. Ahora en este mismo instante, la impresión 3D parece estar pasando por la fase de soñadores visionario versus escépticos. Y es algo que lo compruebo en mis propias carnes. Aunque la gente se queda sorprendida cuando ve con sus propios ojos cosas que hacemos con nuestra impresora 3D, aún contándoles las cosas que podremos hacer en el futuro, lo normal, la pregunta estándar del 90% de las veces es…..¿y para que va a querer la gente tener una impresora 3D? Los visionarios de los 70 imaginaban un ordenador personal en cada casa y en las escuelas, pero no imaginaban ni por asomo lo que estos ordenadores serían capaces de hacer en cada casa y en cada escuela, y menos que de esta semilla, naciera un concepto tan potente como Internet que esto si señores, lo ha cambiado todo. ¿Que hermoso árbol nacerá de la tecnología de impresión 3D personal?……..
Por de pronto me quedo con mis intuiciones de para qué vamos a querer una impresora 3D:
- Hacer que tus ideas se conviertan en cosas, en realidades físicas, no es poca cosa. La magia de la impresión 3D está en su capacidad de romper límites y barreras para que la imaginación tenga más oportunidades para desarrollarse y hacerse realidad física. Intuyo que estamos ante nuevos modelos de negocio, nuevas formas de creatividad y expresión, expansión de la cultura de la creatividad……
- A diferencia de los 70, actualmente somos más conscientes como sociedad, que con la tecnología todo es posible, Intuyo que estamos dando pasaos hacia la democratización tecnológica, desarrollo de modelos sociales y de producción P2P, consolidación de la cultura libre y compartida….
- Desarrollar y avanzar en el potencial ecológico de la tecnología de impresión tridimensional. Intuyo que dispondremos de sistemas de reciclaje personal en casas y colegios para crear materia prima para nuestras máquinas, que los procesos de construcción en cualquier ámbito serán mucho más eficientes y ecológicos, que fabricaremos solo lo que necesitaremos (esto es mucho decir ;D),….
- …….
Fuente: jonbengoetxea.com
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